domingo, 19 de diciembre de 2010

El campo en la ciudad. Taxista y horticultor.



En la bolsa de taxis de la Terminal 4 ( aeropuerto Madrid-Barajas) hay cinco huertos en una larga isleta de tierra (antes llena de rastrojos y basura) creados por los propios taxistas (foto). Ellos mismos limpiaron la zona, sacaron su azada y se liaron a remover surcos, plantar semillas, abonar (con sacos que también traían en sus maleteros) regar y cuidar su espacio, compitiendo sin querer por quién tendría el huerto mejor dispuesto, más cuidado y de mejores frutos. Algunos, incluso, vienen en sus días libres, aparcan su taxi al margen del resto, enganchan la manguera a una fuente, riegan lo suyo y se marchan.

Al principio, cuando aquellos taxistas comenzaron a crear esos ‘huertos urbanos’ me pareció estúpido que utilizaran las largas horas de espera del aeropuerto en sudar la gota gorda labrando la tierra de AENA. Muchos taxistas vienen del campo y yo, urbanita por los cuatro costados, siempre los había considerado una panda de paletos más brutos que un arao.

Pero con el tiempo, y al ritmo del crecimiento de esos frutos, he ido cambiando de opinión hasta tal punto que ahora me resulta incluso romántico lo que hacen: He comprendido que en realidad necesitan su trocito de campo en la ciudad, mantener sus raíces y aferrarse a una esencia que no es la mía (soy madrileño; mis padres y abuelos también). Añoranza, se llama. Una añoranza que, como digo, yo no tengo ni tendré nunca.

Ahora me encantaría que muchos otros se unieran a esta iniciativa. Que todas las glorietas y cunetas descuidadas de cada gran ciudad se transformaran en huertos improvisados. Me refiero a crear vida del suelo cadáver.

3 comentarios:

  1. Hola Ortega,

    Que a mi me parece fascinante esa labor. Hace unos meses observé un video en youtube de una calle en Zaragoza donde hicieron lo mismo, sólo que ese mini huerto fue más publicitado. El de los taxistas lo veo más underground pero ya les has dado un poco de luz. ;)

    Me da gusto que lo hagan, si son de otros lugares menos mal que compartan esa labor con los transeúntes, igual es algo vouyerista, se les pega a los ojos y espíritu de los demás.

    Interesante como cada ser humano va respondiendo al llamado de la naturaleza.

    Saludos!

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  2. Ortega, muchas gracias por difundir este huerto. Nunca lo hubiera imaginado.
    Tb te felicito por el tuyo y por mostrarnos tantas novedades.
    Feliz 2011 y desde hoy ya tienes una nueva lectora.

    saludos!

    Carola

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  3. Hola Ortega! está genial lo q dices de crear vida del suelo cadáver. Además, estos huertos unen, incentivan y fomentan las relaciones, además de dar unas verduritas. Q más se puede pedir?jeje
    Feliz 2011!!

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