Ya sé que lo ideal es encargar el proyecto de la casa sostenible a un estudio fenomenal de arquitectos, pero mientras llega y no llega a nuestras vidas el Euromillón, hemos decididoaprovechar al máximo lo que tenemos.
Mi casa es de nueva construcción, en un barrio nuevo lo que significa que así como tiene muchas ventajas, (orientación, placas solares, acumuladores de energía, etc), también tiene muchos inconvenientes, que hemos ido solventando. Como cualquier Ciudadano 0,0 no sólo nos preocupamos por el Medio Ambiente, sino también por nuestros bolsillos. Una casa sostenible es una casa que ahorra.
Más frío dentro que fuera
Nos mudamos a finales de verano, así que la única medida para controlar las temperaturas fue la adquisición de unos sujetapuertas en forma de caracol, que permiten que lascorrientes recorran la casa de la mañana a la noche, y sujetando las cortinas y visillos con abrazaderas, conseguimos que no se volaran por las ventanas…
Con la instalación de ventiladores en el techo solucionamos los días de calor más intenso (personalmente el aire acondicionado me sienta fatal y lo evito a toda costa).
Pero pasó el verano y llegó el otoño (como todos los años) y durante una cena, comentó un amigo: ¿Qué son esos silbidos?. Dirigimos la mirada hacia las ventanas y vimos claramente como se movían los visillos.
Las casa actuales se construyen igual que las de LEGO, es decir, las
ventanas de aluminio se encajan en la fachada, lo que significa que a veces falta un poco de cemento para que el
aislamiento sea eficiente.
Por nuestra mente pasó ese anuncio de televisión de hace años en que los billetes se escapaban por las ranuras, así que armados con pistolas de silicona, que se pueden encontrar en cualquier ferretería o tienda de bricolaje, nos dedicamos a sellar todas las ventanas de la casa. Rematamos la faena con unos buenos burletes. ¡Fuera los silbidos!
Ya puestos, compramos un complemento llamado
plinto que consiste en una tira rígida, autoadhesiva o atornillable, para la parte de
abajo de la puerta del descansillo, por donde no sólo entraba frío, sino toda la porquería de un edificio recién terminado. Lo notamos en seguida al limpiar el polvo, era más ligero. En este artículo del suplemento
Mujer hoyencontraréis más ideas sobre el aislamiento.
La calefacción, al ser individual salta cuando la casa está a menos de 20 grados en invierno, nosotros la tenemos a 21 grados (ya sé que la recomendación es de 20, pero soy friolera) y estamos con un buen jersey y naturalmente calzados…
El mundo se ahoga
No voy a repetir que
el agua es un bien escaso porque es de todos conocido, pero sí la manera de ahorrar un poco tan preciado líquido. Si queréis una información precisa sobre el tema entrad en
Planeta Azul, un site mejicano que os puede informar muy bien.
Elegimos las cisternas del cuarto de baño de doble descarga. Parece una tontería pero cada descarga completa son 12 litros de agua. También tenemos un atomizador en los grifos y la llave de paso no está dada a tope, sino que sólo permite el paso de cierta cantidad de agua.
Esta última medida de ahorro la tomamos hace un par de años, cuando la factura se disparaba desde que los niños, ya independientes, utilizaban todo solos, grifos abiertos mientras se lavaban los dientes o echaban el acondicionador…
Y llamadme loca, pero cada niño tiene “su” vaso de agua en la encimera de la cocina. Un niño bebe una media de dos o tres litros diarios. Se van a jugar y vuelven a la media hora, sueltan el balón y beben agua; discuten, lloran… y beben agua, se aburren un rato…y beben agua.
Eso es una media de tres vasos por niño, antes de comer, más los vasos de la comida, más un par de vasos de agua entre la comida y la merienda, más los vasos de los zumos de la merienda, más otros dos o tres vasos más entre la merienda y la cena, más los vasos de la cena… ¡Ah! y el vasito de agua de la mesilla para la noche.
La solución para este jolgorio de vasos, prácticamente limpios, que van llenando el lavavajillas, es obvia. Sólo un vaso por niño entre horas, que si me apuras también es el de la merienda.
Os puedo asegurar que funciona.
En cuanto al riego de nuestro huerto urbano, no sé si sabéis qué es un
aljibe, se trata de un depósito destinado a guardar agua procedente de la lluvia. El mío no es un aljibe, propiamente dicho, no tiene canalizaciones ni nada de esto. Es un bidón que recoge el agua de la lluvia y utilizamos para regar
el huerto urbano.
También aprovechamos el agua sobrante de las jarras y la de la cocción de verduraspara regar las plantas de interior y nuestro huerto urbano.
Por otra parte, mis
electrodomésticos son bastante modernos, tienen todos su
etiqueta ecológica. Aún así procuramos no ponerlos hasta que no están llenos. ¡Ah! y una cosa fundamental, nunca dejamos los aparatos en
“stand by” ya sé que parece una pesadez, pero no sabéis cuanto se ahorra apagando e incluso desenchufando.
Energías renovables
El calentador solar aprovecha la radiación solar para calentar agua. El sistema esta formado por unas placas colectoras solares instaladas en el tejado del edificio y un tanque térmico, en la terraza de la cocina. La radiación solar calienta el agua llegando al tanque térmico por tuberías internas, donde se almacena.
El movimiento del agua de la placa al tanque se produce gracias al efecto termosifón. El agua caliente es más ligera que la fría, así tiende a subir, con lo que se consigue una circulación del agua sin necesidad de bombearla.
La luz de nuestra vida
La luz que nos ilumina es otra de las cosas que ha cambiado totalmente en nuestra vida como Ciudadanos 0,0. Para empezar se acabó la compra indiscriminada de pilas para las linternas. Unas buenas linternas con su dinamo y !hala! todos a cargar las linternas a mano.
La compra de
bombillas de bajo consumo es una alternativa eficiente y sus muchas ventajas las aprendimos leyendo el
Blog Ecologísta, también podéis contrastar información con el post de mi compañero Fernando sobre las
bombillas LED y las pilas recargables.
Mi basura está ordenada
Aparte de tener
mi pequeño Valdemingomez bien organizado, hay algunos detalles muy tontos pero útiles, como
doblar bien los bricks antes de tirarlos a la basura, aplastar las latas, convertir las cajas de cartón en paquetes planos etc.
Abultarán menos y así aprovechamos mejor las bolsas de la basura. Aparte de los correspondientes cubos de basura orgánica, envases, de papel y cartón y de vidrio, tenemos una bolsa más pequeña para el taponaje.
En los colegios recogen tapas y tapones de los envases para sufragar una buena obra, se trata del Movimiento Taponízate. Podemos aportar nuestro granito de arena con un gesto sencillo y enseñar a los niños a ser solidarios con quienes más lo necesitan.
¿Nos cuentas tus trucos de Ciudadano 0,0 para conseguir un hogar sostenible?