CAPÍTULO 1: (319 KB) | ¿EN QUÉ CONSISTE CREAR UN HUERTO ESCOLAR? Dirigir un proyecto de huerto |
CAPÍTULO 2: (384 KB) | ¿QUIÉN NOS AYUDARÁ? Dar participación a la familia y a la comunidad |
CAPÍTULO 3: (292 KB) | ¿CUÁLES SON LOS OBJETIVOS DEL HUERTO? Objetivos y principios |
CAPÍTULO 4: (292 KB) | ¿POR DÓNDE HEMOS DE COMENZAR? Despertar la conciencia ambiental |
CAPÍTULO 5: (329 KB) | ¿QUÉ NECESITA EL HUERTO? La ubicación del huerto |
CAPÍTULO 6: (441 KB) | ¿QUÉ CULTIVAREMOS PARA COMER? Mejorar la nutrición |
CAPÍTULO 7: (387 KB) | ¿QUÉ CULTIVAREMOS PARA VENDER? Horticultura comercial |
CAPÍTULO 8: (288 KB) | ¿CÓMO SE CULTIVAN LAS PLANTAS? Métodos de horticultura |
CAPÍTULO 9: (232 KB) | ¿CÓMO COMEREMOS LOS ALIMENTOS DEL HUERTO? Preparar, elaborar y promocionar los alimentos |
CAPÍTULO 10: (265 KB) | ¿CUÁL ES EL PLAN? Planificar el proyecto |
CAPÍTULO 11: (328 KB) | ¿CÓMO EMPEZAR? Organizar el trabajo |
CAPÍTULO 12: (249 KB) | ¿CÓMO CONTINUAR? Motivación y pertenencia |
Fichas de alimentos
Fichas de nutrición
Notas de horticultura
BIBLIOGRAFÍA: (274 KB)
Prefacio
Los elementos fundamentales del desarrollo de los niños y de sus futuros medios de vida son una educación y una nutrición adecuadas. Estas prioridades se reflejan en la primera y segunda metas de los objetivos de desarrollo del Milenio. Sin embargo, la realidad a la que millones de niños se enfrentan es que estas metas están lejos de alcanzarse.
Los niños que van hambrientos a la escuela no pueden aprender bien: su actividad física es reducida, su capacidad cognitiva está disminuida y presentan una menor resistencia a las infecciones. Su rendimiento escolar es con frecuencia escaso, y suelen abandonar la escuela muy pronto. A largo plazo, la malnutrición crónica disminuye el potencial del individuo y tiene efectos adversos sobre la productividad, la capacidad de generar ingresos y también sobre el desarrollo nacional. Así, el futuro de un país depende de sus niños y jóvenes.
Las inversiones en nutrición y en educación son esenciales para romper el ciclo de pobreza y malnutrición. La FAO considera que las escuelas pueden contribuir mucho a los esfuerzos de los países para superar el hambre y la malnutrición, y que los huertos escolares pueden ayudar a mejorar la nutrición y la educación de los niños y de sus familias, tanto en las zonas rurales como en las urbanas. A este aspecto, es importante hacer hincapié en que los huertos escolares constituyen una plataforma de aprendizaje. El huerto escolar no debería ser considerado como una fuente de alimentos, rentas o ingresos, sino como un medio para mejorar la nutrición y la educación.
La FAO alienta a las escuelas a crear huertos de aprendizaje de tamaño mediano que puedan ser manejados por los mismos escolares, profesores y padres, pero que incluyan una variedad de hortalizas y frutas nutritivas, y ocasionalmente también pequeños animales de granja, como gallinas y conejos. Los métodos de producción que se exponen en este manual son sencillos, de modo que los escolares y sus padres puedan reproducirlos fácilmente en sus hogares.
Los sistemas alimentarios constituyen el concepto estructurante. «Del huerto a la olla»: los escolares aprenden a sembrar, cuidar, cultivar, cosechar y preparar productos nutritivos de estación en el marco educativo del aula, el huerto, la cocina, el comedor de la escuela y sus propias casas. Esta experiencia promueve el bienestar medioambiental, social y físico de la comunidad escolar y favorece una mejor comprensión de cómo la naturaleza nos sustenta. El vínculo con el huerto familiar refuerza el concepto estructurante y abre el camino para el intercambio de conocimientos y experiencias entre la escuela y la comunidad.
Las estrategias basadas en la alimentación tienen la ventaja de ser sostenibles: crean hábitos alimentarios saludables a largo plazo y ofrecen al consumidor alimentos diversificados. Un sólido componente educativo asegura que los efectos trasciendan el tiempo y el lugar inmediatos y alcancen a las familias de los niños y a futuras familias.
Las preocupaciones nutricionales también unen al mundo desarrollado y a los países en desarrollo, pues ambos comparten muchos problemas alimentarios. Por ejemplo, la necesidad de cambiar la percepción con respecto a las frutas y a las hortalizas y aprender cómo éstas se pueden cultivar, preparar y consumir mejor es un problema común en muchas comunidades, ricas y pobres, y en ambas pueden ser factores decisivos para construir la salud de la comunidad. Todo esto invita a realizar esfuerzos conjuntos y significativos, y a intercambiar experiencias, ideas y materiales de enseñanza.
La FAO ha preparado este manual para ayudar a los profesores, a los padres y a la comunidad. En esta obra se han recogido las experiencias y las mejores prácticas de gestión de huertos escolares en todo el mundo. Las clases en el aula están relacionadas con la práctica y el aprendizaje en el huerto sobre la naturaleza y el medio ambiente, la producción, comercialización, elaboración y preparación de los alimentos y la elección de alimentos sanos.
Esperamos que el manual sea una herramienta útil para todos aquellos que desean comenzar o mejorar un huerto escolar con la intención de ayudar a los escolares a desarrollarse tanto física como intelectualmente.
Kraisid Tontisirin, Director, Dirección de Nutrición y Protección del Consumidor | Mahmoud Solh Director, Dirección de Producción y Protección Vegetal |
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